Seguramente escriba muchos posts sobre China, porque fue uno de mis últimos viajes y porque sufrí un shock cultural tan grande que todavía me estoy recuperando.
Fue la única vez en la vida que logré bajar 5 kilos en un mes. Y esa vez que me operé de la garganta y no podía tragar, pero eso no cuenta.
Sé que sabés que nadie habla inglés en China, pero necesito recalcarlo porque la sensación de no poder comunicarte es una de las más desesperantes.
En Beijing, con 10 grados bajo cero, los taxistas no paraban para llevarnos porque siendo occidentales, daban por sentado que no hablábamos chino y que no iban a entender adonde queríamos ir. En Guanzhou nos peleamos con concierges que nos cagaban con la cuenta del hotel, mozos que nos traían lo que querían, empleados que nos ignoraban. Al final ya puteábamos en un franco argentino porque si inglés no, porteño menos.
Continue reading →